martes, 28 de octubre de 2008

tú y tus cuentos

Me dicen en el colegio que estás muchas veces en otros mundos, con tus cuentos, con las historias de animales que no paras de contar. Recuerdo que antes de que nacieras hablé con los de la panda sobre si los padres éramos capaces de transmitir a nuestros hijos parte de nuestros gustos, de nuestra historia vital. Hablamos precisamente de literatura, de la pasión por leer y por contar historias. No sé qué harás en un futuro; cuáles serán tus gustos, cuáles tus preferencias. Lo que sí sé es que tienes tres años y tres meses y no dejas de contar historias. Y pedirnos a mí y a mamá que te contemos cuentos a todas horas: cuando vamos por la mañana al colegio, cuando te acuestas y no te quires dormir y nos pides que te contemos una historia tras otra. Vives rodeado de libros, de cuentos y de animales de plástico. Y haces que los personajes de cuentos cobren vida casi real. Te sucede con Carlito, tu otro yo, tu amigo imaginario. Cuando haces algo mal, lo hace él. Nos miras con los ojos de pillo y nos dices: "yo no he sido. Ha sido Carlito". Y Carlito sólo existe en las historias que yo te cuento y que tú escuchas con los ojitos emocionados, riendo, a veces llorando. No sé si cuando leas esto seguirás leyendo, y disfrutando con las historias que avivan tu imaginación. Pero sí sé lo que eres ahora: un devorador de sueños. De historias que hacen que nuestra vida -la de todos los que te rodeamos- sea mucho mejor de lo que es.

No hay comentarios: